sábado, 20 de febrero de 2010

Otra de entrevistas...

Aquí os dejo un fragmento sacado del facebook de Ariel de una entrevista a revista Chamuyo.

Ariel Prat: “La murga es un sentimiento de rabia y de orgullo que se baila” Foto: Monica Papalia

El Juglar lleva la prosa de su tierra al mundo y vuelve con noticias. El Negro, que sabe del lunfardo de la yeca, se amotina bajo la plácida sombra de un árbol de Villurca, y canta. Y su voz cruza el océano en un vaivén de ritmos infinitos, de cantos que van y vuelven. Su cuna de murguero, de milongas y de tangos negros se le revela al punto de susurrarle que “la murga es un sentimiento de rabia y de orgullo que se baila”...

“El carnaval es alegría, desenfreno e ilusión”, dice Prat y recuerda haberse sorprendido cuando leyó que Johann Goethe escribió que “el carnaval no es una fiesta que se le da al pueblo sino aquella que el pueblo se concede a sí mismo”. Entonces, El Juglar explica la importancia de la lucha de los murgueros por recuperar el feriado y disponer de un presupuesto, “importa por todo aquello que representa el carnaval para nuestra cultura, que es mucho más importante que imponer una calabaza de Hallowen”...

CH: ¿Qué recordás de aquel carnaval de infancia?
Prat: Recuerdo al cantor de entrada de una murga cualquiera arriba del escenario, con su gola privilegiada y su traje de lentejuelas. Junto a él, la murga, y la lluvia de papel picado. Y yo que, en medio de todo eso, sentía estar ante Hugo del Carril. También recuerdo los códigos, como no mojar a los travestis ni a los pibes con levita, y todo ese murmullo creciente de cultura y de barrio que no me abandona jamás.

También el dolor: “Era la murga que aún no había sido marginada, ni perseguida como expresión popular. Luego, y durante mucho tiempo, la murga porteña y argentina no pudo subir al escenario a cantar. Por eso, fortaleció tanto su baile.”

Los recuerdos parecen agolparse y balbucea, acumula gestos y explica, casi sin palabras, un momento del año pasado: él y su madre en un corso en San Telmo, ante la murga “Los Viciosos de Almagro”. La descripción sería incompleta, si no fuera por el fulgor que lo invade y parece emocionarlo como aquella noche. Inmediatamente, y con la elegancia del poeta, da paso a que las palabras hagan justicia: “Estas son las cosas que te traen de Europa. Antes, era sólo placer. Ahora, disfruto del carnaval con cierto dolor. Entiendo la marginación cultural, las luchas para sacar una murga, y otras tantas”, confiesa y sentencia: “Y, encima, después hay que explicarlas”.

CH: ¿Hay que explicarlas en Europa o en Buenos Aires también?
Prat: Allá se conoce muy poco la murga porteña, pero acá también hay que explicar que la murga es argentina, que debemos combinarla con lo afro-argentino y defenderla. Negarla nos hace sentir extraños en nuestra propia tierra. Tenemos raíces fundadas en 200 años de historia, que todavía parecen ocultas. Por suerte, hay iniciativas vinculadas al rescate de lo nuestro, de lo negro y lo aborigen.

CH: Y que la murga rescata…
Prat: La murga y los grupos de percusión. Es un gran movimiento de grupos sociales de todos los estratos que tocan, cantan, se visten y sueñan. Es muy importante como patrimonio cultural.

CH: ¿Qué es ser porteño?
Prat: Es liberarse de la tierra de los antepasados y del mandato de volver. Claro, podría decir que ‘ser porteño es un sentimiento’, pero no, tenemos que darnos cuenta que ya somos de acá. Por eso, la murga es tan nuestra; es un sentimiento de rabia y de orgullo que se baila. Es orgullo y petulancia porque hoy me toca a mí ser protagonista de este teatro pobre...

Al hablar del futuro, El Juglar apela al pueblo: “Al carnaval lo hacen los corsos, las murgas, ese millón de porteños que asisten cada año, y el Estado, cuyo incentivo debe ser nacional”. Entonces aparecen las luchas históricas de un movimiento que lo encontró siempre entre sus filas, y la voz del artista es palabra empuñada al momento de reclamar al Gobierno porteño “cuidar el patrimonio cultural en todos sus aspectos: dar un envión a las agrupaciones y ocuparse para que a nadie le falte alimentación, para que pueda pensar, trabajar y crear. Sin esos condimentos, se hace difícil que el pueblo se manifieste artística y culturalmente. De lo contrario, sólo será la cultura de quienes tienen guita y no sufren necesidades”...

“Rumba y tres saltos pa´dos” y todo el equipo de grabación espera que él retorne a la sala. Al momento de hacer esta entrevista, Prat graba su disco “Milagros al revés” en un estudio en el barrio de Palermo. La expectativa es que el disco sea puesto a la venta en marzo, editado bajo el sello de Agenda Murguera. “En el disco nuevo hay un tema que se llama ‘Camino y huella’ cuyo estribillo dice: ‘¡Qué ilusión había en mi barrio en navidad. Qué cachengue era al llegar el carnaval! Y mi nostalgia, hoy es nomás, pensar como soñaba y nada más…’”. Y, tarareando, el Negro regresa al estudio a culminar la grabación. El canto, fue y volvió; y sigue vibrando.

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