domingo, 8 de febrero de 2009

.... se vienen los recitales

Queridos amigos calentemos motores, Ariel llega a Argentina y se inicia la cuenta atrás de la serie de recitales con los que nos va a deleitar...
Adjuntamos una imagen del afiche del recital de la Plata el día 7 de marzo en el "Auditorio Del Pasaje Dardo Rocha"
... y aguante la murga¡¡¡¡¡¡¡¡¡

2 comentarios:

Anónimo dijo...

UNA SORPRESA
Ariel Prat, su música y sus murgueros (El Diario de Baradero)

En la programación de la última noche de nuestro festival, entre varios otros artistas que se presentarían en el escenario “Abel Figueroa”, podía leerse el nombre de Ariel Prat. Confesamos de entrada que lo único que sabíamos de él es que era un artista argentino que se dedicaba a la música de murgas, tal como hacen otros artistas en el Uruguay donde la murga es una costumbre más acendrada y difundida que en nuestro país.
Al comienzo de su espectáculo, el ritmo inequívocamente rioplatense de su música hizo que más de un distraído comenzara a prestar atención a lo que estaba ocurriendo sobre el escenario.
A partir de su primer tema, “Tango Negro”, comenzó un espectáculo apasionante, colorido, de gran calidad artística y además, distinto: nunca antes, en esa medida, habíamos tenido oportunidad de presenciar en nuestro festival.
En distintas ocasiones a lo largo de su actuación Prat fue didáctico, por ejemplo cuando explicó que en el año 1867, una murga de negros de Monserrat pronunciaba por vez primera la palabra tango, en otras dejó sembrada la inquietud en los oídos de los espectadores: “Los negros, nuestros primeros desaparecidos”, afirmación basada en el conocimiento de la verdadera historia, la que, según Lito Nebbia, no la escriben los que ganan.
Más o menos en mitad de la actuación, se incorporaron a los músicos tres bailarines de murga que, sumados al mismo Prat, quien para entonces se había ataviado de manera similar al trío mencionado, comenzaron una danza intensa y alocada que contagió su ritmo y fervor a la platea que, para entonces ya había advertido que se encontraba presenciando un espectáculo de gran jerarquía.
Cada interpretación del artista, quien fuera distinguido como personalidad destacada de la cultura por la legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, tenía un breve preámbulo explicativo en el que eran citados autores, compositores y los barrios que fueran escenario de lo que se iba a narrar a continuación, todo en un mismo y alto nivel artístico, tanto en lo musical como en lo interpretativo.
Para nosotros, y se trata nada más que de una opinión, la presencia de Ariel Prat significó un punto muy alto, entre los más altos para mejor decir, de las cuatro noches de Baradero 2009.
Cuando Prat se despedía, Claudio Santella, locutor del festival y gran conocedor de nuestra música, insistió en asegurar que el de Baradero es un escenario alternativo con lo que refrendaba algo que había dicho Prat. “Esta es música genuinamente argentina que no se difunde debidamente. A veces le hacemos lugar a otros ritmos extranjeros y marginamos los nuestros”. Una prueba contundente de la verdad que encierra la frase es que Prat debe vivir en España para ganarse la vida.
Precisamente esa calidad de escenario definido acertadamente como alternativo por Santella, creemos que es una de las cosas que debemos no solamente defender, sino afirmar. No significa esto tener que renunciar a los artistas mayoritariamente convocantes sin los cuales no habría festival posible, pero sí hacer como con Prat: incluir en la programación a gente que no tiene oportunidad de llegar al gran público pero que posee una enorme valía artística.
Otro ejemplo de esto es lo sucedido con Miguel Duré, que llegó a Baradero prácticamente como un desconocido y luego de su actuación no había nadie que no dijera o se dijera para sí mismo, “¡Pero qué bueno resultó este uruguayo!”
Por supuesto que para lograr todo eso hay que tener conocimientos ya que no se trata de una cuestión azarosa. Prat llegó a Baradero porque hubo alguien que sabía quién era y de qué se trataba lo que hacía y hay que preservar a la gente que conoce y, más aún, aumentar la cantidad de ellos como asesores. No cuesta nada y el Festival de Baradero, mediante ese tipo de aportes, ganará en calidad y tendrá el sello que lo distinga, la impronta que lo diferencie de los festivales adocenados que a lo largo y ancho de nuestro país tienen lugar cada verano. Trabajemos todos para que el de Baradero no sea uno más entre todos ellos, cosa que se logró este año. Tenemos la gente y nos sobra experiencia para que siempre sea así.

G. M.

daniel mancuso dijo...

querido negrito
en el galpón de la Chilinga, en saavedra, te saludé con mi hija, desde el contado, entre las cortinas, no sé si te diste cuenta quién era... me tuve que ir antes porque la pioja se dormía, es chiquita todavía, abrazo

estuvo buenísimo el recital